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Minca es un corregimiento de Santa Marta conformada por 18 veredas, distribuidas desde la zona costera, hasta zona de subpáramo. Recorres sus caminos sintiendo el gradiente altitudinal cambiante en algunos metros, pasando de clima cálido a frío. Observas el cambio de vegetación, comenzando en el bosque seco tropical, transformándose a bosque húmedo tropical. Observas la naturaleza, te das cuenta la gran riqueza de especies que existen en huellas o canticos silvestres; investigas si hay datos científicos en Internet, pero no encuentras mayor información, porque detrás de estas montañas existe un contexto histórico que no ha permitido a la academia investigarlas.
Antes de 2010, Minca era un corregimiento donde los samarios tenían miedo de visitar por la violencia. La década del 70, fue el comienzo de la presencia de los grupos armados en esta zona. Primero fue el control del ELN en 1975; En 1990 fueron las FARC; en el 2000 fueron los paramilitares quienes controlaron el territorio. Son sucesos que explican el desplazamiento forzado de gente campesina e indígena a ciudades capitales, que después de 2007, solo algunas personas volvieron a sus hogares[1], porque otras familias prefirieron no volver.
[1] Talleres con los adultos mayores en proyecto de Asociación Primatología de Colombia para la Conservación del Mico Maicero (Cebus malitiosus), 2019.
Esta ola de violencia provocó miedo en la comunidad científica y académica de no llevar alumnos o investigadores, incluso ni los turistas visitaban Minca. El vacío de información científica genera toma de decisiones locales que afectan las dinámicas ecológicas de Minca, y al ser un territorio abandonado por el Estado en ámbitos ambientales y sociales, han generado el debilitamiento de tejido social, ocasionado por la compra de tierras, el desplazamiento forzado y la deforestación de bosques por parcelación de fincas sin la debida planificación. No sabemos el impacto en la biodiversidad en uno de los lugares declarados de importancia mundial para la biodiversidad.
La razón de fomentar estudios en Minca por medio del TURISMO CIENTÍFICO, se debe al comportamiento de la biodiversidad en la transformación de coberturas que ha tenido el territorio, empezando por la época precolonial. Los indígenas Betomas (provincia Tayrona), descendientes de los Kaggaba (lengua Kogui), Arhuaco, Wiwas y Kankuamos, quienes decidieron que Minca sería el sitio de fiestas, ceremonias y pagamentos en sitios sagrados que hoy en día existen. No se tienen documentadas grandes transformaciones, además, era una estación de descanso, para luego ir a Santa Marta y a la Ciénaga Grande de Santa Marta, desde Ciudad Perdida. En la época colonial, los españoles cultivaron caña de azúcar y café, pertenecientes a la hacienda Minca, del dueño español Joaquín de Mier y Benitez, el mismo dueño que recibió a Simón Bolívar en el lecho de su muerte en la Quinta de San Pedro Alejandrino. Algunos pobladores locales de Minca mencionan que algunos lugares eran zonas de tortura indígena por españoles, y lugar preferido para guaqueros de tesoros indígenas en esta hacienda.
A comienzos del Siglo XX, comienza la transformación de grandes hectáreas de bosque primario por café, comandados por el alemán Orlando Flye (Hoy finca Cincinnati) y el inglés Charles Bowden (Hoy finca La Victoria), quienes trajeron más 100 trabajadores de Santander, Boyacá, Tolima, llanos orientales y hasta puertorriqueños, como recolectores de café. Dicen los adultos mayores, que los puertorriqueños trajeron la guadua a Minca, entre otras semillas de especies frugívoras de otras regiones y hoy en día las siguen cultivando. Con la Segunda guerra Mundial, hubo una crisis económica porque no se podía exportar café a Europa, ocasionando el despido de varias familias, que vieron como opción, ocupar montañas despobladas y empezar a cultivar las semillas escondidas en sus bolsillos y zapatos para sembrar comida en ese extenso bosque de lo que hoy son las veredas Marinca, Oriente, Las Cabañas, La Tagua, El Campano, entre otras veredas, logrando transformar coberturas de bosque por especies exóticas para alimentación.
En la época de la violencia, década del 70, la bonanza marimbera transformó bosques por marihuana; luego ocurre la época del 2000, incrementando la deforestación con la llegada del paramilitarismo y la coca, desencadenando las fumigaciones con glifosato a bosques, quebradas y cultivos de pancoger de campesinos. El glifosato solo dejo una marca en el suelo donde no volvió a ser el mismo en productividad. Ahora, la deforestación en Minca incrementa con la llegada del turismo y la parcelación de tierras de fincas heredadas a hijos y nietos de esos primeros trabajadores del siglo XX. Turistas extranjeros compran pedazos de fincas para construir sus cabañas y hacer negocio en turismo y cultivos productivos, sin planificación estatal, aumentando la demanda de agua, disminuyendo la cobertura de bosque y creándose una Minca babilónica de extranjeros europeos y americanos, indígenas, citadinos nacionales y campesinos herederos que nacieron allí.
En los últimos años han salido proyectos para la conservación de la biodiversidad como la conservación del mico maicero cariblanco Cebus malitiosus, dirigido por Juliana cortes y Diana Guzmán de la Asociación Primatologica de Colombia en 2019; una segunda fase, con un proyecto llamado Turismo de Naturaleza Como Lucha Contra la Deforestación, de la Fundación Swisscontact y coordinado por mi persona. Tuve la fortuna de participar en estos dos proyectos, teniendo como principal resultado la creación del COELCTIVO CIENSIERRA. Este Colectivo son 13 familias campesinas con sus respectivos predios, que se unieron para proteger los bosques de Minca por medio del turismo científico. Han logrado obtener imágenes de la biodiversidad de sus bosques y llamar la atención de autoridades nacionales para la conservación de la fauna y flora. EcoEncounter quiere fortalecer este COLECTIVO, posicionando a Minca como destino académico nacional e internacional para la divulgación de información científica, atrayendo universidades e investigadores que puedan ser atendidos por los servicios del COLECTIVO CIENSIERRA con la finalidad de realizar sus objetivos de investigación y sea usada en la toma de decisiones para la planificación y conservación de los bosques de Minca y poderla divulgar a las nuevas generaciones del territorio.